El Monasterio tiene por patrona a Nuestra Señora del Espino. La figura de esta Virgen, aparecida milagrosamente en 1251, es una talla de apenas veinte centímetros de alto, de estilo gótico, en madera policromada; en su brazo izquierdo descansa una imagen del Niño Jesús, que mira a su madre en un intercambio mutuo de dones con miradas dulces y acogedoras. En el monasterio atesora un baúl – arqueta que posee un gran valor histórico, pues sirvió para custodiar el manuscrito del Cantar de Mío Cid.  

Nuestro trabajo además de favorecer la atención al corazón, nos permite participar en la obra creadora de Dios. Con él procuramos nuestra subsistencia y podemos compartir con los necesitados. Nos sentimos también solidarias con todos aquellos que viven del trabajo de sus manos.

Muchas de nuestras  creaciones gastronómicas son un recuerdo del Héroe Castellano por excelencia, Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador. Pastas ricas, naturales, artesanas, sin aditivos….