Desde sus inicios, fue hogar de las Monjas de San Damián, nombre original de las Clarisas antes de la canonización de Santa Clara, ya que el nombre de San Damián está estrechamente ligado a San Francisco de Asís y Santa Clara, porque la primera comunidad de clarisas fundada por Santa Clara se estableció en la Iglesia de San Damián, en Asís, Italia.

Este monasterio en un primer momento se ubicó extramuros, junto a la ermita de Santa Catalina y el Monasterio de Santa Engracia, pronto se convirtió en un referente espiritual, recibiendo el apoyo de la Casa Real.

A lo largo de los siglos, el monasterio ha vivido momentos de esplendor y dificultades. En el siglo XVII, llegó a albergar hasta 120 religiosas. Sin embargo, durante la Guerra de la Independencia, sufrió daños considerables en los Sitios de Zaragoza. En 1928, se llevaron a cabo reformas y ampliaciones para preservar su legado.

Hoy, las hermanas Clarisas continúan su vida de oración y contemplación, manteniendo viva su tradición. Además, son conocidas por la elaboración de exquisita repostería artesanal, una forma de compartir con la comunidad su trabajo y devoción.

Este monasterio es mucho más que un edificio histórico; es un testimonio de fe, sacrificio y entrega a Dios a lo largo de los siglos. ¡Descubre su belleza y tradición!